Rafael Álvarez. Athatriel
Inspirado en la performance de los hechicer@s tribales y refiriéndome a fuentes antropológicas, la experiencia interior del chamán alcanza su culminación y su entero significado sólo como parte de una representación pública (Piers Vitebsky. Los Chamanes).
La gestualidad de mi obra se fundamenta en un registro relacionado a ritos e iniciaciones, denominados por los semiólogos como “acciones asignificantes”. Como señala Jorge Glusber en El Arte De La Performance, una semiótica gestual que tomase en cuenta este tipo de acciones estaría cerca de comprender los orígenes de la experiencia mística, y a un paso también de la experiencia artística (en este último caso, la del performer, especialmente)...
Por definición propia hablo de “comportamientos que revelan actitudes espirituales, que despiertan conciencia”, donde lo mágico-mitológico se hilvana con la sexualidad y con lo político.
La verdad de mis acciones es "metafísica", tomando como foco central a las energías liberadas, energías en cuanto a fuerzas generadas por los comportamientos (conjunto de todos los gestos y actitudes observadas a partir del cuerpo, en este caso durante una "situación de espiritualidad profunda" ). Se redefinen además, algunos elementos periféricos del rito autóctono americano, con el propósito de brindarle nuevas aristas de significación.
Athatriel:
No sólo se pone en crisis al público quebrando sus espectativas siempre referidas a su propia realidad corporal, sino que además se les induce a un extrañamiento dado en el campo de su imaginario político-ideológico, re-significando simbologías (los símbolos para mantenerse vivos también necesitan de sacrificios y sangre), en este caso de la izquierda, en un rito oficiado por un medium que ha Vivido la Experiencia del Socialismo Real, practicado en un lugar del mundo donde la realidad es, según Alejo Carpentier, “percibida con particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritu que lo conduce a un modo de “estado límite” ( lo real-maravilloso-americano).
Se entrelazan en cándida promiscuidad el sacerdocio de la sabiduría Maya mediante plegarias curativas (Ritual de los Bacabes), el Che, la anarquía esotérica y Tania la guerillera (el raramente poco explotado lado femenino de la izquierda, dominada por una simbologia de machos).