Martín Rentería. Apología de la violencia
M A R T I N R E N T E R I A
M A N I F I E S T O D E A R T E
Mi propuesta como artista se basa en la exploración y experimentación de diferentes conceptos y materiales. Mi motivación principal es desde el transcurso cotidiano de la vida diaria en la ciudad hasta la reflexión profunda e investigación de temas tan diversos como los microcosmos, la física, la anatomía, la introspección, los sueños, etc. Esta visión me ha llevado a desarrollar un universo de posibilidades donde cada pieza toma su personalidad propia y discurso. A partir de esto mi obra se desarrolla en expresiones tan diversas como ceremonias rituales, trajes escultóricos, objetos funcionalistas, instalaciones conceptuales; de esta manera he creado las bases para siempre seguir explorando nuevas posibilidades de experimentación y creación en diversas ramas del arte.
“Apología de la Violencia”
Apología de la Violencia es una serie de acciones de performance que buscan explorar las sensaciones y sentimientos que provoca vivir y convivir en la gran urbe. Estas acciones lejos de provocar o incitar a la violencia, pretenden disectarla, y analizarla. Con la interacción de símbolos, metáforas visuales y objetos, se pretende generar tanto en protagonista como al auditorio una serie de reflexiones en torno a diferentes estados de animo, experiencias, y sucesos. La cotidianeidad de las ciudades, los excesos del enojo, el materialismo, condicionamiento social, la soledad, la envidia, la obsesión, las adicciones, el fanatismo, la decepción, la traición, el rencor, la intolerancia, la desesperanza, la venganza etc, provocan muchas veces una autodestrucción, deshumanización, auto violencia, y desgaste. Apología de la violencia pretende excavar sobre esta deshumanización para así llegar a las raíces, a los valores esenciales. En una especie de ritual o purificación conceptual se detiene un instante al individuo para revalorar atributos tales como la tolerancia, la convivencia, la honestidad, la confianza etc. Esta serie no pretende ser aleccionadora ni moralista sino solo dar una visión personal de los artistas, a manera de protesta, sobre temas tan cotidianos y a la vez polémicos, dejando abierta la reflexión al espectador y la posibilidad de cambio.
Agradeciemiento espcial: Diciembre Aguilar, Eduardo Cortés y Carmen Martín Herrero.